Con este texto abrimos la Sección de las Colaboraciones recibidas para el libro «50 AÑOS DEL TAEKWONDO EN MÉXICO» basado en las Memorias del Maestro Dai Won Moon… En el citado Volumen, por razones de espacio, se mostró una frase representativa de cada colaboración. A partir de este momento iremos publicando una por día hasta concluir. Nos pareció significativo iniciar con la Colaboración del Maestro Manuel Jurado, medallista olímpico quien nos comparte esta interesante reflexión…
Tae-kwon-do y taekwondo.
A 50 años de su llegada a Mexico
Por Manuel Alberto Jurado Malacara
Cinta Negra 9º Dan
Medallista Olímpico en Seúl 88
En los 70´s y 80´s, la competencia era una opción para los practicantes de Tae Kwon Do, era un juego fuerte que se jugaba fuerte, y por lo general, sin lesiones. El impacto lo sentía el competidor impuesto a ello, no el peto, y lo calificaba un Maestro de tae kwon do especializado como Referee, no un sensor electrónico
En mi opinión, Las reglas del taekwondo olímpico millenium, con el argumento de proteger al atleta, han distorsionado, no evolucionado al TAE-KWON-DO. Le quitaron su esencia, lo volvieron una competencia aburrida. Es como si en el Slalom olímpicopor ejemplo, se prohibiera rebasar los 30 Km/h. por seguridad.
También pareciera que la forma de calificar otras disciplinas olímpicas que no son de combate, como la gimnasia rítmica, están influenciando en la manera de contabilizar los puntos en los poomsae.
Si la finalidad del taekwondo olímpico era hacerlo más espectacular de lo que por naturaleza era, les salió el tiro por la culata, y ahora en Tokio 2020 verá su suerte con el Karate olímpico.
Actualmente, algunos maestros cambiando el dobokpor unos pants, están promoviendo únicamente el taekwondo competitivo, dejando de utilizar el método implícito de enseñanza del arte marcial. Si bien esta modalidad fue la causa de una aparente hegemonía sobre los demás sistemas de defensa personal, por ser reconocido como el segundo arte marcial de combate olímpico, después del Judo, también está siendo la causa de su fin como un método de alto valor educativo y como un arte marcial.
La competencia me gustó, competí por casi quince años a nivel mundial y olímpico, pero fue siempre un además de, no un en vez de.
Tuve el privilegio de haberme formado como artista marcial: con un Maestro, no un entrenador; practicando en un Doyang, no en un gimnasio, y con Doboky mi cinta puesta, no con pants; descalzo, no con tenis. Desarrollando valores y carácter a través de la práctica fuerte y del esfuerzo; compenetrado en el acto, con amor y todo lo que implica estar en la misma frecuencia con los compañeros de clase que eran mas que eso, con el mismo objetivo de aprender; con alegría, pasión, esfuerzo, amistad, dando el máximo en cada clase. Siempre me emocionaba que llegara la hora de irme al Doyang. Disfrutando el presente, sin pensar en otro día.
La evolución es necesaria, pero cuidado, también existe la involución.
A cincuenta años del Tae Kwon Do en México, invito a todos los que amamos el Tae kwondo que mantengamos el arte marcial por encima de todo lo demás. Eso no depende de las federaciones, depende de nosotros los instructores.